Así son los ecosistemas de noticias locales en Argentina, Chile, Colombia, México y Perú
En 2021 el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) realizó un estudio pionero sobre desiertos de noticias locales que logró visibilizar las zonas de la Argentina donde no existían las condiciones adecuadas para el desarrollo del periodismo profesional. El estudio propuso un sistema de clasificación de ecosistemas noticiosos —desiertos, semidesiertos, semibosques y bosques—, y estableció un enfoque de análisis integral basado en cuatro dimensiones: investigación documental, encuestas estructuradas, análisis contextual por investigadores locales, y coordinación y validación nacional.
Inspirada en ese precedente, la Fundación Gabo decidió estudiar los ecosistemas de noticias locales en cinco países de América Latina: Argentina, Chile, Colombia, México y Perú. Para ello, conformó una red de trabajo que articuló a organizaciones periodísticas y académicas con profundo conocimiento de sus respectivos contextos nacionales. La metodología argentina fue revisada, refinada y estandarizada para adaptarse a distintos entornos territoriales. El estudio se realizó en alianza con las siguientes organizaciones:
- Argentina: Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), con Irene Benito como líder nacional.
- Chile: Centro de Investigación y Proyectos Periodísticos (CIP) de la Universidad Diego Portales, con Francisca Skoknic y Alberto Arellano como líderes nacionales.
- Colombia: Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), con Esteban Sánchez Molina como líder nacional.
- México: Quinto Elemento Lab, con Xtina Ávila-Zesatti como líder nacional.
- Perú: Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), con Rossana Echeandía Escudero y Mariza Zapata Vásquez como líderes nacionales.
Con esta red, el proyecto buscó no solo mapear las zonas donde el periodismo enfrenta los mayores desafíos, sino también generar evidencia para diseñar programas de fortalecimiento, y promover una iniciativa regional para proteger y revitalizar los ecosistemas de noticias locales.
Para lograr estos objetivos, se conformó un equipo de 118 personas, que incluyó investigadores en terreno y líderes nacionales. En total, se encuestaron 6.133 proyectos periodísticos, con una cobertura territorial y demográfica diversa:
- Argentina: 3.048 proyectos periodísticos encuestados. Se cubrió la totalidad del territorio nacional.
- Perú: 1.271 proyectos periodísticos encuestados. Se cubrió la totalidad del territorio nacional.
- Chile: 802 proyectos periodísticos encuestados. Se exploró prácticamente todo el territorio, con excepción de algunas comunas del área metropolitana de Santiago
- México: 849 proyectos periodísticos encuestados. Se estudió el 14 % del territorio nacional, con muestras en todos los estados para asegurar representación geográfica.
En Colombia se aplicó un enfoque metodológico diferente, que detallamos en el apartado metodológico de este estudio, centrado en una muestra representativa de 34 municipios, en los que se realizaron 163 encuestas a proyectos periodísticos y 70 entrevistas cualitativas.
Estos son los hallazgos de la investigación para Argentina, Chile, México y Perú, los resultados se pueden navegar en este mapa interactivo.
PREDOMINAN LOS ECOSISTEMAS ÁRIDOS EN TODOS LOS PAÍSES ESTUDIADOS
Los resultados del estudio revelan una crisis estructural del periodismo local. En los cuatro países analizados —Argentina, Chile, México y Perú—, los ecosistemas áridos (desiertos y semidesiertos informativos de noticias locas) superan el 65% del territorio. Es decir, la mayoría de las comunidades vive en contextos donde el periodismo está restringido, no ha conseguido consolidarse de forma estable o enfrenta condiciones precarias para su ejercicio.
Esta aridez se expresa no sólo en la ausencia de medios, sino también en modelos de negocio frágiles, alta dependencia de recursos públicos, formas de vinculación que no aportan seguridad laboral, censura, autocensura y, en muchos casos, riesgos para la seguridad de los periodistas. La presencia de medios, por sí sola, no garantiza un ecosistema saludable: muchos operan con recursos mínimos, sin independencia ni sostenibilidad.
Los bosques de noticias locales son excepciones. Estos lugares se caracterizan porque hay condiciones razonables para el ejercicio del periodismo profesional, que permiten a las personas informarse sobre los problemas de su entorno y mejorar la calidad de la vida pública local. Los bosques no superan el 14% del territorio en ninguno de los países estudiados, y en el caso de Argentina apenas alcanzan el 8,6%. Su presencia dispersa los hace vulnerables a la desertificación.
Los semibosques también son escasos. En estos ecosistemas hay condiciones para el ejercicio del periodismo profesional, pero este enfrenta limitaciones y condicionamientos que podrían ser graves. Solo en Perú los semibosques superan el 20% del territorio, mientras que en los demás países oscilan entre el 14% y el 19%.
ARGENTINA
- 43% desiertos
- 28,8% semidesiertos
- 19,6% semibosque
- 8,6% bosques
CHILE
- 47,5% desiertos
- 26,1% semidesiertos
- 15,6% semibosques
- 10,8% bosques
MÉXICO
- 42,5% desiertos
- 26,5% semidesiertos
- 17,4% semibosques
- 13,7% bosques
PERÚ
- 35,2% desiertos
- 30,7% semidesiertos
- 21,7% semibosques
- 12,3% bosques
EN ARGENTINA SE CONTRAEN LOS BOSQUES Y LA MORTALIDAD DE MEDIOS SUPERA LOS NACIMIENTOS
Argentina, único país del estudio con medición comparativa entre 2021 y 2025, muestra una tendencia preocupante hacia la degradación de su ecosistema de noticias locales. En cuatro años, el país perdió más bosques de los que ganó: desaparecieron 15 y surgieron apenas 8, lo que representa una reducción neta de 7 territorios con condiciones razonables para el ejercicio del periodismo.
Adicionalmente, la mortalidad de proyectos periodísticos superó a los nacimientos. En cuatro años se perdió el rastro de 400 medios, mientras que nacieron sólo 204, una diferencia negativa de 196 organizaciones periodísticas.
En Argentina también se identificaron 46 localidades sin medios de comunicación, casi tantas como los bosques existentes (48), donde viven 783.641 habitantes (1.7% de la población del país).
La visualización interactiva de los hallazgos ofrece un comparativo 2021–2025: al explorar el mapa de Argentina es posible consultar, para cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la categoría asignada en ambos períodos, lo que permite identificar cambios entre desierto, semidesierto, semibosque y bosque.
EL MODELO FINANCIERO ES FRÁGIL, CON ALTO RIESGO DE DEPENDENCIA EDITORIAL
Aunque se observa diversificación en las fuentes de ingreso, el modelo dominante en los países estudiados está atado a fórmulas frágiles: contenidos patrocinados, publirreportajes y financiación pública que, en muchos casos, implican relaciones asimétricas con actores con poder político o económico. Esto abre la puerta a coberturas complacientes, silencios estratégicos o autocensura motivada por el temor a perder ingresos clave.
Por otro lado, las fuentes de ingresos que suelen ofrecer un mayor respaldo a la autonomía —como las suscripciones, donaciones o membresías— están poco desarrolladas, al igual que otras estrategias de diversificación como la venta de servicios, productos o eventos.
Nota metodológica: los porcentajes que se presentan a continuación provienen de una pregunta de selección múltiple. Cada medio podía elegir más de una fuente de financiamiento, por lo que los valores no son excluyentes ni suman 100%.
ARGENTINA: la concentración de ingresos en la publicidad directa y el financiamiento estatal marca el funcionamiento del ecosistema.
- 71% de los medios (2.163) declara ingresos por pauta directa.
- 51% de los medios (1.565) recibe financiación pública.
- 24% de los medios (721) realiza publirreportajes.
Las fuentes de audiencia están poco desarrolladas: suscripciones (161), donaciones (156), membresías (47). La venta de servicios, productos o formación tiene una presencia anecdótica.
Con esta estructura de ingresos, los medios locales son altamente vulnerables a recortes publicitarios y a decisiones estatales discrecionales. Además, la expansión de la inteligencia artificial generativa —que, según muchos expertos, reducirá el tráfico hacia los sitios de noticias al privilegiar el consumo en plataformas de chatbots— representa un riesgo adicional para un ecosistema tan dependiente de la pauta directa.
CHILE: hay diversificación en las fuentes de ingresos, aunque el respaldo directo de la audiencia aún es débil.
- 35% de los medios (284) genera ingresos a través de contenido patrocinado y/o publireportajes
- 31% de los medios (251) declara ingresos por pauta directa
- 27% de los medios (215) recibe financiación pública
- 23% de los medios (183) obtiene recursos por creación de contenido para clientes
Las fuentes de ingresos provenientes de la audiencia en Chile son limitadas. Solo 28 medios reportan ingresos por suscripciones, 12 recurren a membresías y otros 12 han implementado campañas de crowdfunding. En conjunto, estas cifras muestran que menos de 50 medios —de un total de más de 800 encuestados— tienen alguna forma de ingreso directo desde su comunidad.
MÉXICO: el ecosistema mexicano presenta un modelo financiero altamente expuesto a fuentes institucionales y comerciales que pueden condicionar la autonomía editorial. Aunque existen esfuerzos de diversificación, las formas de financiamiento más frecuentes siguen siendo frágiles desde el punto de vista de la independencia.
- 45% de los medios (382) declara ingresos por contenidos patrocinados y/o publirreportajes
- 34% de los medios (292) recibe financiación pública
- 34% de los medios (286) reporta ingresos por pauta de venta directa
- 28% de los medios (240) genera recursos mediante creación de contenido para clientes.
Las fuentes de ingresos provenientes de la audiencia siguen siendo minoritarias, aunque se observan esfuerzos de diversificación: 117 medios tienen suscripciones, 70 reciben donaciones y 26 operan con modelos de membresías.
PERÚ: el periodismo local peruano se sostiene, sobre todo, en fuentes comerciales que podrían condicionar la agenda.
- 51% de los medios (657) obtienen ingresos por contenidos patrocinados y/o publirreportajes
- 33% de los medios (417) genera recursos mediante creación de contenido para clientes
- 16% de los medios (206) recibe financiación pública
En contraste, las vías de ingreso directo desde la audiencia son marginales: 96 proyectos cuentan con suscripciones, 94 reciben donaciones y 11 operan bajo modelos de membresía.
LA RELACIÓN CON EL SECTOR PÚBLICO ES CONDICIONANTE
La pregunta "¿Qué porcentaje de sus ingresos provienen del sector público?" revela que en varios países hay una alta participación del financiamiento estatal en los medios locales. Adicionalmente, el número de medios que prefieren no responder esta pregunta es significativo. Esta combinación —alta dependencia pública y opacidad financiera— coincide con una baja priorización de la vigilancia del poder en las agendas informativas locales.
MÉXICO: el peso de la pauta oficial y la opacidad en su distribución coinciden con una cobertura limitada de temas de fiscalización del poder, lo que configura un entorno riesgoso para la pluralidad informativa y la democracia local.
- 34% de los medios encuestados (292 de 849) indica que 50% o más de sus ingresos proviene de la financiación pública.
- 38% (322 medios) opta por “No sabe / No contesta”. Esta ausencia de información dificulta evaluar la independencia financiera real de los medios.
En paralelo, “investigación y vigilancia del poder” fue la temática menos seleccionada cuando se preguntó a los medios por los temas de su agenda informativa: 309 de 849 medios declararon cubrirla, es decir, el 36% de los proyectos encuestados en el país.
ARGENTINA: la dependencia del financiamiento estatal, sumada a una alta tasa de no respuesta sobre este ingreso, y al hecho de que vigilar el poder sea el tema menos recurrente en la agenda de los medios configura un entorno donde el periodismo local puede perder su función de contrapeso democrático.
- 27% de los medios encuestados (827 de 3.048) indica que 50% o más de sus ingresos provienen del sector público.
- 37% (1.114 medios) respondió “No sabe / No contesta”, una falta de transparencia que dificulta entender la dimensión real de la dependencia.
El tema de “investigación y vigilancia del poder” es el menos cubierto: solo 679 de 3.048 medios lo incluyen en su agenda editorial, apenas el 22 %.
CHILE: el ecosistema chileno muestra una relación más moderada con el financiamiento estatal, aunque persisten signos de opacidad.
- 20% de los medios encuestados (163 de 802) declara que 50% o más de sus ingresos proviene del sector público.
- 32% (255 medios) opta por “No sabe / No contesta”, lo que indica una falta de transparencia relevante para comprender los vínculos económicos con el Estado.
En cuanto a la agenda informativa, “investigación y vigilancia del poder” también es la temática menos priorizada: solo 263 de los 802 medios encuestados (33%) la reportan como parte de su cobertura.
PERÚ: este país reporta una dependencia estatal relativamente baja con una opacidad significativa.
- 17% de los medios encuestados (222 de 1.271 medios) declaran que 50% o más de su presupuesto proviene del financiamiento público.
- 21% (268 medios) escoge “No sabe / No contesta” a la pregunta sobre su financiamiento.
Pese a la menor dependencia reportada, “investigación y vigilancia del poder” es la temática menos abordada por los medios: 590 medios (46%) la incluyen en su agenda.
PRECARIEDAD LABORAL, UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
La mayoría de los proyectos periodísticos en los países estudiados recurren a formas de vinculación que no garantizan empleo continuo, formal ni bien remunerado. Esta precariedad limita la posibilidad de hacer periodismo de profundidad, formar equipos estables y asegurar condiciones laborales dignas. Cuando no hay seguridad económica, los periodistas difícilmente pueden dedicarse plenamente a la investigación, al seguimiento de temas complejos o a la construcción de fuentes confiables, elementos clave del periodismo de calidad.
Esta fragilidad también expone a los periodistas a mayores presiones externas. Sin un sustento laboral firme, son más vulnerables a la censura, la autocensura o la subordinación frente a intereses comerciales que pueden comprometer la independencia editorial.
En este contexto, el trabajo voluntario ha adquirido un rol estructural en muchos medios locales. En todos los países analizados, un número significativo de proyectos recurre a colaboraciones no remuneradas para sostener su producción editorial. Esto refleja los límites del ecosistema para ofrecer condiciones laborales mínimas.
ARGENTINA: las formas más comunes de vinculación laboral en los medios argentinos están marcadas por la inestabilidad económica y la ausencia de derechos laborales básicos. El cuentapropismo concentra el 33,6% de los casos, y la venta de publicidad a comisión, otro 25,7%. En el extremo opuesto, apenas el 21,5% de los proyectos ofrece una relación de dependencia. Los contratos por tiempo limitado son usados en el 8% de los medios.
A esta precariedad estructural se suman las vinculaciones informales —como las “otras relaciones” y el empleo no registrado— que representan un 29,2% de las respuestas, junto al trabajo voluntario, presente en otro 10% de los casos. En total, más del 70% de los medios opera con esquemas laborales precarios o sin remuneración fija, lo que expone a periodistas y colaboradores a condiciones de alta vulnerabilidad.
Nota metodológica: los porcentajes corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre el vínculo laboral entre los periodistas y el proyecto periodístico. Cada encuestado podía elegir las tres formas predominantes de vinculación, por tanto los valores no son excluyentes ni suman 100%.
PERÚ: el periodismo local peruano se sostiene, ante todo, en trabajo independiente (42% de los medios) y comisiones por venta de publicidad (24,5%), dos modalidades que dependen de ingresos variables y carecen de prestaciones laborales. Los medios que recurren a contratos formales a largo plazo son excepcionales: sólo 8,9% ofrece vínculo indefinido, mientras que los acuerdos a plazo fijo alcanzan 14,4%. La presencia de trabajo voluntario (14,1%) y de vínculos claramente informales -“otras relaciones” y empleo no registrado, que suman 15,1%- refuerza la fragilidad estructural del ecosistema.
Nota metodológica: los porcentajes corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre el vínculo laboral entre los periodistas y el proyecto periodístico. Cada encuestado podía elegir las tres formas predominantes de vinculación, por tanto los valores no son excluyentes ni suman 100%.
Este panorama precario se refuerza con un fenómeno muy marcado en Perú: 420 proyectos (un 33% del universo de 1.271 medios) se definen como emprendimientos personales, es decir que una sola persona asume simultáneamente los roles de reportero, editor, gestor comercial y administrador.
Ante este panorama, la sostenibilidad recae en la salud, el tiempo y las finanzas del fundador. Cualquier contingencia personal puede llevar a pausas prolongadas o al cierre definitivo del medio. Adicionalmente, sin un equipo que reparta funciones ni contratos formales que brinden estabilidad, estos emprendimientos son más vulnerables a la censura, la autocensura o la dependencia de anunciantes locales y autoridades que controlan la pauta oficial.
MÉXICO: el 34% de los proyectos periodísticos (284 de 849) ofrece contratos indefinidos. El resto del ecosistema se sostiene en una combinación de modalidades inestables: trabajo independiente (185 medios), contratos por pieza o cobertura (129), comisiones ligadas a la venta de publicidad (103), empleo informal (102) y voluntariado no remunerado (91).
Nota metodológica: los porcentajes corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre el vínculo laboral entre los periodistas y el proyecto periodístico. Cada encuestado podía elegir las tres formas predominantes de vinculación, por tanto los valores no son excluyentes ni suman 100%.
CHILE: El 26% de los medios (210 de 802) ofrece contratos indefinidos, la proporción más alta entre las modalidades declaradas y un indicio de cierta estabilidad laboral en el panorama local. El resto del ecosistema se sostiene en vínculos menos seguros o abiertamente precarios: trabajo independiente (17%), comisiones por venta de publicidad (16%) y trabajo voluntario no remunerado (14%) son las alternativas más habituales.
Nota metodológica: los porcentajes corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre el vínculo laboral entre los periodistas y el proyecto periodístico. Cada encuestado podía elegir las tres formas predominantes de vinculación, por tanto los valores no son excluyentes ni suman 100%.
ASÍ SE PUBLICAN LAS NOTICIAS EN LA REGIÓN
Facebook es la plataforma de publicación más extendida en los países estudiados, con picos de uso del 90% en México y 86% en Perú, y porcentajes que van desde el 69% en el resto de países. Por otro lado, en Argentina, Chile y México, más del 60% de los medios mantiene un sitio web propio, mientras que en Perú el uso de sitios web como plataformas de publicación baja al 27%, un dato coherente con la prevalencia de proyectos unipersonales en ese país.
La radio mantiene un protagonismo notable en todos los países analizados. En Argentina, casi la mitad de los medios (49%) emite a través de la radio; en Chile, la cifra llega al 42%; en Perú, al 34%; y, aunque con menor peso, en México sigue siendo plataforma de publicación para el 19% de los proyectos.
En contraste, revistas impresas, canales de Telegram y Twitch aparecen como las plataformas menos frecuentes, con porcentajes inferiores al 3% en todos los países.
Nota metodológica: Estas respuestas corresponden a la pregunta selección múltiple sobre plataformas de publicación. Se pidió a los medios indicar todas las que aplicaban para ellos, por lo que los valores no son excluyentes ni suman 100%.
LAS AMENAZAS SON DIGITALES Y DIRECTAS
Los datos evidencian que las agresiones contra la prensa local son frecuentes y variadas, con prevalencia de amenazas digitales y directas.
ARGENTINA: la mayoría declara no haber sufrido agresiones (58%), pero un 28% no responde, y un 8% reporta presiones gubernamentales o económicas, señales de intimidación estructural.
CHILE: presenta los porcentajes globales más bajos y la menor opacidad (7% sin respuesta), sin embargo, el 10% de sus medios reportan agresiones digitales.
MÉXICO: combina la mayor opacidad (34%) con niveles preocupantes de todas las categorías: 18% amenazas digitales, 15% directas. Destacan además las presiones gubernamentales (14%) y las económicas (9%), junto a la influencia del crimen organizado en el 6% de los casos. Llama la atención que las agresiones gubernamentales reportadas superan a las del crimen organizado. Adicionalmente, el 5,5% de los medios (47 proyectos) reportó agresiones físicas graves durante 2024, lo que confirma que la violencia contra periodistas se materializa en ataques que ponen en peligro la vida de los comunicadores.
PERÚ: registra los picos regionales en amenazas digitales (26%) y directas (17%), junto a un 7% de acoso judicial, lo que sugiere un clima de hostigamiento múltiple, pese a que 37% afirma no haber sufrido agresiones.
Nota metodológica: Estas respuestas corresponden a la pregunta de selección múltiple Durante 2024, indique si su medio (o algún miembro de su equipo periodístico) experimentó alguno de las siguientes tipos agresiones o amenazas relacionados con su trabajo. Los valores no son excluyentes ni suman 100%.
PARTICIPACIÓN DE MUJERES EN LAS REDACCIONES LOCALES
El periodismo local sigue siendo mayoritariamente masculino. Ningún país alcanza la paridad: la proporción femenina oscila entre 34 % (Chile) y 45 % (México).
Nota metodológica: Estas respuestas corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre la participación de mujeres en las redacciones locales. Los valores no son excluyentes ni suman 100%.
LA REPRESENTACIÓN DIVERSA ES UN ASUNTO PENDIENTE
En Argentina, Chile, México y Perú los equipos periodísticos son reducidos: el promedio de periodistas por proyecto periodístico va de 2,8 personas en Chile a 7,2 en México (Argentina 5,7; Perú 4,7). Con plantillas tan pequeñas, los grupos históricamente marginados —pueblos indígenas, afrodescendientes, migrantes, personas LGBTQIA+, minorías religiosas y personas con discapacidad— aparecen en menos del 20% de los proyectos en todos los países.
Que la representación sea escasa puede entenderse individualmente al evaluar el número de personas por proyecto periodístico, pero llaman la atención dos hallazgos:
La opacidad: una proporción considerable de medios elige la opción “Prefiero no responder” cuando se les pregunta por la representación de grupos diversos (de 13% a 33% según el país).
La subrepresentación indígena: incluso en países con grandes poblaciones originarias, la presencia indígena en las redacciones no supera el 11% (México 10%, Perú 11%, Chile 7%,). Esto sugiere que la pluralidad social sigue lejos de reflejarse en las redacciones.
Nota metodológica: Estas respuestas corresponden a la pregunta de selección múltiple sobre la representación de grupos diversos en las redacciones locales. Los valores no son excluyentes ni suman 100%.
HALLAZGOS DEL ECOSISTEMA EN COLOMBIA
En Colombia, el estudio se concentró en 34 de los 1.121 municipios del país con un enfoque metodológico diferenciado que no permite comparaciones directas con Argentina, Chile, México o Perú. La muestra fue seleccionada estratégicamente para captar la diversidad de condiciones en las que se ejerce el periodismo local, incluyendo ciudades intermedias con influencia regional, capitales departamentales en el sur del país y municipios estratégicos ubicados en zonas de frontera, corredores de paso o puntos de confluencia geográfica y sociopolítica.
La investigación identificó 507 proyectos periodísticos en los 34 municipios estudiados, de los cuales 163 fueron caracterizados mediante encuestas y se realizaron 70 entrevistas presenciales y virtuales con actores clave. Esta metodología ofrece la oportunidad de dar voz a fenómenos comunes que atraviesan la región y recopilar información detallada sobre dinámicas locales, barreras estructurales, trayectorias de periodistas y las condiciones reales para el ejercicio de la libertad de expresión.
Además, como parte del levantamiento de información, se enviaron derechos de petición a las autoridades locales de los 34 municipios seleccionados. El objetivo fue recopilar datos sobre conectividad, condiciones de seguridad, acceso a la información pública y la existencia de mecanismos locales de protección o fortalecimiento del periodismo.
Este estudio retoma y amplía los aprendizajes del proyecto Cartografías de la información, publicado en 2019 por el Centro de Estudios de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que analizó las características de los medios en 141 municipios del país. Esa experiencia sirvió como punto de partida e inspiración para el enfoque metodológico desarrollado en esta ocasión.
Entres los principales hallazgos de la presente investigación se incluyen: la normalización de la censura y autocensura como medidas de autoprotección, la dependencia económica de la pauta oficial que condiciona las agendas informativas, la injerencia de grupos armados ilegales que impone geografías del silencio, y la precarización laboral generalizada que afecta la sostenibilidad de los medios locales.
Censura y autocensura como medidas de autoprotección: la censura y autocensura son prácticas adoptadas de forma extendida por los periodistas locales en Colombia, especialmente en contextos de alta precarización y presencia de actores armados. Los comunicadores limitan o silencian sus agendas informativas para salvaguardar su integridad física y la de sus familias, así como para garantizar la supervivencia de sus proyectos periodísticos.
Temas críticos como la corrupción, el conflicto armado, las dinámicas de seguridad, asuntos ambientales y la presencia de economías ilegales son evitados o cubiertos de manera superficial en los territorios en los que hablar de estos temas conlleva riesgos de seguridad. Además, la autocensura genera vacíos informativos en zonas rurales y barrios controlados por actores violentos, donde el acceso de los periodistas es imposible o extremadamente riesgoso.
Las presiones que llevan a los periodistas a la censura y autocensura provienen principalmente de dos fuentes: la dependencia económica y la injerencia de grupos armados ilegales y la violencia.
Dependencia económica de la pauta oficial. En Duitama, Boyacá, la dependencia económica de la pauta oficial puede llegar a representar entre el 50% y el 75% de los ingresos de los medios. De acuerdo con un periodista local, "El medio que se gane la pauta no investiga ni denuncia. Aquí se informa para no perder pauta". Además, la pauta es vista como "un premio por el respaldo que les dan a los gobiernos de turno".
En Calarcá, Quindío, “si tienes una pauta económica, sabes que hay ciertos contenidos que no puedes publicar. Los medios están sujetos a la pauta oficial y si criticas a la administración pierdes la pauta", señaló uno de los periodistas entrevistados. La situación es similar en La Dorada, Caldas, donde uno de los periodistas afirmó: “uno de los principales retos es conseguir ingresos económicos a través de la pauta publicitaria. […] Cuando se da una noticia crítica o investigamos una queja de la comunidad que no les gusta, hay amenazas de quitar la pauta”.
Injerencia de grupos armados ilegales. La presencia y acciones de grupos armados ilegales, junto con bandas criminales y el crimen organizado, imponen un clima de riesgo que restringe la labor periodística. Esta injerencia se manifiesta de múltiples formas: desde la presión para que los medios difundan sus comunicados hasta la creación de geografías del silencio donde el periodismo no llega.
En Ocaña, Norte de Santander, los grupos armados han intentado instrumentalizar los medios locales como canal de difusión, solicitando la publicación de panfletos. “La decisión que yo tomé fue que ni para uno, ni para el otro, entonces que se maten ellos allá”, afirmó un periodista local.
En Tuluá, la imposición es más severa: "Señores periodistas, les pedimos el favor de publicar nuestros comunicados. Esperamos contar con su objetividad como periodistas frente a la guerra que avecina a Tuluá. De lo contrario serán considerados objetivo militar de nuestro grupo armado", este mensaje firmado por "Los Cancerberos" llegó por WhatsApp de diferentes periodistas.
En Tumaco, un periodista manifestó que ya no cubría ciertos temas sensibles porque tenía a su familia de por medio. En Maicao, un fundador de un medio digital admitió haber abandonado la cobertura de temas complejos porque ahora tiene "cosas que proteger". Esta dinámica se replica en Barrancabermeja, El Carmen de Bolívar, Puerto Asís, Saravena, Santander de Quilichao y Santa Rosa de Cabal.
En Soacha, Cundinamarca, hay zonas donde los grupos criminales locales controlan el acceso de los medios. En Buenaventura, Valle del Cauca, hay varios sectores de la ciudad que están vedados para el acceso de periodistas ante el riesgo que supone entrar. En Santander de Quilichao, Cauca, un periodista asegura que "Realmente nosotros estamos haciendo un periodismo de mordaza. Todos tenemos temor, todos tenemos miedo. Y yo quiero ver crecer a mis nietos".
Precarización laboral y retos para la sostenibilidad: La precarización laboral es otro de los patrones más marcados y sistémicos en el periodismo local colombiano. Esta realidad se manifiesta a través de diversas modalidades de vinculación que carecen de estabilidad, garantías y remuneración adecuada, impactando directamente la independencia editorial y la calidad de la información.
En Granada, Meta, por ejemplo, la mayoría de los periodistas se vinculan de manera informal a través de acuerdos verbales o trabajo voluntario sin remuneración. La situación es similar en La Dorada, Caldas. En Tumaco, Nariño, se identificaron emisoras que suelen contar con personal de planta dedicado al control técnico o la locución radial, pero donde los periodistas son los únicos miembros de estos equipos que no tienen contratos laborales formales y dependen exclusivamente de la pauta publicitaria para el pago de sus salarios. “El que no vende pauta, no come”, señaló una periodista de la zona.
Por otro lado, la figura de los "cupos publicitarios" se ha normalizado como una forma de vinculación laboral en muchos municipios. Esta modalidad convierte a los periodistas en vendedores de su propio espacio informativo, comprometiendo su independencia y la calidad de los contenidos.
La extorsión del crimen organizado agrava la crisis de sostenibilidad. Esta problemática ataca directamente las fuentes de financiación de los medios locales al convertir la visibilidad comercial en un factor de riesgo para los empresarios. En Buenaventura, "el comercio ha dejado de pautar en los medios locales ante la posibilidad de que la difusión de su información convierta en realidad el siempre presente riesgo de ser extorsionado por parte de actores ilegales". Esta dinámica perversa crea un círculo vicioso donde los empresarios prefieren mantenerse en el anonimato antes que exponerse a través de la publicidad, privando a los medios de una de sus principales fuentes de ingresos legítimas. En Granada, un periodista explicó que "la sostenibilidad financiera se ha vuelto un reto, ya que dependemos de recursos limitados y enfrentamos extorsiones que afectan la pauta comercial".